El Gasolero celebró con una jornada a pleno, que arrancó con
una caravana por las calles de la ciudad y luego una fiesta multitudinaria en
el Beranger, con fútbol, música y recuerdos.
Nada faltó, como correspondía a semejante ocasión. Hubo caravana, música, videos, fútbol, recuerdos para todos los gustos, lágrimas y una certeza: Temperley está más vivo que nunca. Todo fue celeste durante una jornada de fiesta en la que alrededor de 20 mil corazones se reunieron para soplar las primeras cien velitas del Gasolero.
La jornada comenzó alrededor
de las 17, con una caravana que partió desde la sede del club y que se
paseó, orgullosa, por Dorrego, 25 de Mayo, la estación de trenes y
Meeks, con bombos, trompetas, banderas y el grito de seis mil gargantas
incontenibles. Ya de regreso a casa, la fiesta se trasladó al estadio,
donde una multitud esperaba a los peregrinos.
Allí,
la señal de partida para la celebración estuvo a cargo de una murga,
que dio paso al desfile de los representantes de las distintas
actividades federadas que se realizan en la institución. Luego llegó el
turno para uno de los momentos que arrancaron lágrimas a más de uno: en
tres pantallas gigantes ubicadas en el centro del campo se proyectaron
dos videos, uno centrado en los grandes hitos futbolísticos, desde aquel
primer equipo de 1912 hasta la actualidad, y otro sobre el devenir
institucional, con la quiebra como eje.
“Es un orgullo enorme ser
el presidente del club en este momento. Quiero que sepan que lo más
importante de estos cien años son ustedes, los hinchas. Ustedes son los
responsables de poder vivir todo esto”, destacó el titular Gasolero,
Hernán Lewin, antes de que Suburbio y Samy le pusieran música a la
previa de la pelota.Cuatro equipos de 22 integrantes cada uno permitieron que el pasado, el presente y el futuro del Cele se dieran la mano sobre el césped del Beranger. Glorias de ayer, como Claudio Ismail, Hugo Cazsajous, Cristian Aldirico, Guillermo de Lucca o el portugués Custodio Mendes; y otros un poco más cercanos en el tiempo, como Gabriel Hauche, se divirtieron junto a los referentes de hoy, con Mariano Campodónico y Luis López a la cabeza, y a los sueños del mañana, representados por el pibe Mauro Mallorca.
Luego, el cielo se iluminó durante diez minutos por los fuegos artificiales que marcaron el punto final
para una jornada que ningún hincha de Temperley olvidará fácilmente.
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