lunes, 5 de noviembre de 2012

DIARIO OLÉ - TODO SOBRE LOS FESTEJOS DE TEMPERLEY POR LOS 100 AÑOS DE VIDA E HISTORIA - 4/11/12





Por 100pre Celeste

Temperley festejó su centenario con una jornada histórica: Caravana multitudinaria por la ciudad y gran fiesta en la cancha, con partidos entre históricos y fuegos artificiales.



Esa inmensa historia que arrancó allá por 1912, tuvo su fiesta 100 años después. Ese mismo club que supo vivir las mieles de estar en Primera División, que sufrió una quiebra que lo afectó a tal punto de estar sin competir dos años y que tuvo que recomenzar desde la C, ahora es un carnaval. Ese mismo pueblo Gasolero que sueña con volver a ser, fecha tras fecha en la B Metropolitana, salta y baila. Porque la pasión no se explica. Se vive. Como la vivieron esos miles de locos fanáticos que se instalaron el miércoles pasado sobre la avenida 9 de Julio a esperar que nazca del jueves, cuando siendo 1° de noviembre, llegara el tan ansiado Centenario. Ese es Temperley. Un club en recuperación, pero con los recuerdos intactos por ejemplo de aquella gran campaña en el Nacional del 83’, donde peleó el título, llegando a semifinales y perdiendo en el suplementario con Estudiantes (LP), a la postre el campeón de esa temporada. Y que hasta vivió cinco ascensos, dos de ellos a la A. Por eso ayer la gente reventó la localidad para celebrar su cumpleaños, porque si sos hincha, el club es tuyo, de aquel y de ese también. Familias enteras, el abuelo contando historias de jugadores que los nietos sólo vieron en figuritas o que sintieron nombrar en esa casa donde se respiraba en color Celeste, y hasta muchos derramando lágrimas por estar presentes en el evento que tanto esperaban. Por eso no sorprendió a nadie la multitudinaria caravana que recorrió el barrio desde la siesta en adelante, para que luego la gente fuera hacia su templo, el estadio Alfredo Beranger. Ese que le dio tantas alegrías al pueblo del Gasolero, y el que ayer fue el epicentro del plato fuerte. Con una fiesta muy bien organizada, con el público cantando hasta más no poder, y el desfile de todas las disciplinas deportivas, porque eso es Temperley, señores, el corazón de una ciudad que late en toda su dimensión. Y al final, claro, el fútbol. El broche de oro para el deporte de oro. Y para eso hubo otro desfile, y fue el de las figuras más importantes de las distintas épocas del Cele. Cuatro equipos, cada uno de 22 players, 88 glorias corriendo detrás de la redonda y divirtiéndose, dándole vida a un club que es la vida misma. Ahí anda Gabriel Hauche recibiendo una ovación tremenda, y Mariano Campodónico no pierde la costumbre de mandarla a guardar ni siquiera en un partido homenaje. Y también aparecen históricos como Willy De Lucca, Cristian Aldirico, Hugo Cazsajous, Claudio Filosa, Custodio Méndez, Lucas Hure, el Jardinero Cruz y el actual ayudante de campo en la Selección de Sabella, Julián Camino. Un partido termina 0-0, el otro 3-1, y la gente ovaciona, se ríe con los kilos de más de alguno, grita los goles de todos y no quiere que la fiesta termine nunca. Ahora el sábado se está por terminar y los fuegos artificiales iluminan durante diez minutos la ciudad. Y los ojos miran al cielo, que para algunos está oscuro y para ellos, en cambio, está Celeste, como siempre, como hace 100 años. Porque Temperley se está levantando por la lucha incansable de sus socios, junto con la nueva dirigencia comandada por Hernán Lewin, y de yapa está cerca de la punta de la B Metro, pero mientras tanto celebra su Centenario, porque por lo menos por estos días, el Sur es cien Celeste.

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