Los 100 años de Temperley
Las glorias que viven en la memoria del pueblo Gasolero
Salas, Biondi, Merlo, Katip, Navas e Ismail se
suman a la fiesta del Centenario como hinchas. Todos unidos por amor al club.
El Zonal los reunió en el lugar que los consagró: el Alfredo Beranger.
Es imposible resumir 100 años de historia en una fecha. O a
un partido. Ni siquiera en un título. Es el día a día lo que hace grande a un
club y lo distingue del resto. Pero sí se pueden destacar personas que hicieron
crecer a Temperley. Son los hinchas, como los que cada sábado llenan las
tribunas, pero que tuvieron el privilegio de vestir la camiseta Celeste y se
convirtieron en ídolos: José Salas, Mariano Biondi, Juan Carlos Merlo, Diego
Katip, Mauro Navas y Claudio Ismail. Cuando se encontraron convocados por el
Zonal, las glorias intercambiaron abrazos y compartieron anécdotas y recuerdos.
Todos. Sin importar edades o épocas. Fue una reunión familiar en el club, la
casa de cada uno de ellos.
Biondi, de 62 años, es señalado por muchísimos como el
máximo ídolo de la institución. Talentoso volante, debutó el 25 de abril de
1970 ante Almirante Brown y fue pieza fundamental del ascenso a Primera
División de 1974. "Parece mentira haber llegado a los 100 años. Estoy muy
emocionado. Cada vez que piso el césped, veo el arco o las tribunas, me lleno
de recuerdos, de partidos que he disfrutado. Acá me forjé, desde lo
futbolístico y humano. Me marcó la vida. Es mi segunda casa. Tengo el mismo
sentimiento del pueblo que ama al club", remarca.
Otro estandarte de ese equipo es Merlo, El ex delantero, que
fue DT en 1981, dice: "Soy hincha por adopción. Cuando uno viste estos
colores, es imposible no quererlos. Viví la etapa dorada, y les ganamos a los
grandes. Tengo el corazón celeste. Es un club muy afectivo. Ojalá, a partir de
este centenario, sigamos creciendo como merecemos".
Uno de los símbolos más importantes del Cele es Salas. El
defensor es reconocido como "El Gran Capitán", a partir de sus dotes
de liderazgo. Fue uno de los jugadores que sufrió la época de la quiebra y
debió ponerle el pecho. "Cuando el club volvió a abrir, me llamaron y yo
rescindí en el equipo donde estaba. No lo dudé. A mí, Temperley me dio todo. Me
brindó apoyo y cariño. Llegué sin un peso y me daban la plata para viajar,
cuando estaba en inferiores. Les quise devolver algo. Toda mi vida voy a
agradecerle y amar al club", se emociona Salas.
El primero en llegar al club para la producción fue Biondi.
Cuando llegó Salas intercambiaron un gran saludo, tras años sin verse.
"¡Qué lindo está el club! La pileta quedó increíble", le dijo
Mariano. "Ahí está el gran capitán", se escucha decir a Navas al
acercarse. Opinan sobre el club, el barrio. Porque más allá del fútbol,
Temperley es un hogar, que cada uno siente como propio. Para Katip, goleador en
el ascenso de 1998, es un sentimiento especial. "Poder formar parte de la
historia del club es único. Me dio mucho en lo deportivo y lo personal, porque
acá conocí a mi señora. Todo lo que viví está guardado en mi corazón",
valora. Parecido es el recuerdo de Ismail, gran artillero que enfermó de cáncer
cuando estaba en el club. Contra la enfermedad, ganó su partido más importante.
"Mi relación con el Cele es de amor puro. Me une un gran cariño, pese a no
haber nacido acá. Es la hinchada lo que lo diferencia de otros clubes",
sostiene.
En el campo de juego, las glorias señalan la tribuna.
"Qué lindo es volver a verla desde adentro", coinciden. Porque hace
mucho no estaban en el césped, pero sí en las butacas. Su lugar en el Beranger
es como fanáticos. Navas, actual DT de inferiores de Boca, volvió al club para
colgar los botines, tras una exitosa trayectoria. "El retiro fue
emocionante, un privilegio. Cumplir 100 años es increíble y aún queda mucho por
crecer. Le gente se merece esta alegría porque la pasó mal. Lo viviré como un
fanático más", adelanta.
Las estrellas disfrutan los cien años. Unidos por un amor.
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