martes, 24 de febrero de 2015

EL CORREO - BANFIELD 0 / TEMPERLEY 1 - 21/2/15

Imagen de un momento del encuentro Banfield-Temperley.
Imagen de un momento del encuentro Banfield-Temperley.
FÚTBOL

Gol de Temperley

  • La victoria de los 'gasoleros' en el campo de Banfield, lograda en inferioridad y en el minuto noventa, ha sido la gran sorpresa de la primera jornada de la nueva Liga argentina. La narración del 0-1 por un locutor 'celeste' es todo un documento

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Ha comenzado la liga argentina y algunos, que tenemos nuestras pequeñas debilidades, estamos de enhorabuena. Conocemos de sobra los problemas del fútbol en ese país, sobre todo el de la violencia en unos estadios donde no hay vallas sino alambradas de campo de concentración. Y conocemos también el estado de quiebra, medio ruina o economía de guerra de la mayoría de sus clubes, la fuga imparable y cada vez más prematura de sus talentos, y el nivel de sus dirigentes, que esta temporada se han sacado de la manga un experimento sin precedentes, ni más ni menos que una Liga de 30 equipos. Pero aún así no podemos evitar ilusionarnos con el arranque de un fútbol que se vive con una pasión única en el mundo. Con todos mis respetos a Inglaterra, cuya Liga es incomparable si analizamos todos los elementos que hacen buena una competición, lo que se vive en Argentina sobrepasa cualquier cosa que yo conozca.
Hay una coincidencia entre ingleses y argentinos que explica la temperatura de su fútbol. Los aficionados son de sus equipos de una forma integral e inexorable. Su sentimiento es abrumador, exclusivo y excluyente, y no depende para nada de la categoría en la que milita el equipo. Eso de ser de un club y luego del Madrid o el Barça, como si la pasión pudiera dividirse y no ser absoluta y unívoca, sucede en algunos países, entre ellos España. En Inglaterra, en cambio, uno es del Scunthorpe hasta la muerte, como nos lo enseñó Iñigo Gurruchaga, y en Argentina uno es de Temperley y de nadie más, y antes de morir pedirá que le entierren con la bandera celeste y echen sus cenizas en el estadio Alfredo Martín Beranger, por donde su espíritu 'gasolero' flotará hasta la eternidad.
No citamos a Temperley por casualidad sino porque este club centenario del sur de la provincia de Buenos Aires, que en apenas un año -en 2014 todavía estaba en la Primera B Metropolitana- ha subido dos categorías y ha vuelto a la Primera después de 27 años de ausencia, fue el protagonista de la primera jornada de la Liga argentina. Jugaba contra uno de sus rivales de toda la vida, su vecino Banfield, que ha logrado mantener casi todo el bloque con el que la pasada temporada, de la mano de Matías Almeyda, logró el ascenso. El 'Taladro' - así se llama a los de Banfield desde que, en la década de los cuarenta, tuvo un equipazo que, según los cronistas, agujereaba a sus rivales- era claro favorito. Realmente, nadie daba un duro por Temperley en su visita al estadio 'Lencho' Sola. Y todavía mucho menos cuando, en el minuto 26, los 'gasoleros' -los argentinos utilizan esta palabra como sinónimo de tacaño y se la adjudicaron a los celestes a mediados del siglo pasado, en unos años en los que pasaron muchas privaciones económicas-, se quedaron con uno menos por la expulsión de su capitán Gastón Aguirre.
Decíamos que nadie daba un duro por Temperley, pero exageramos. Porque si en la Galia ocupada por los romanos seguía quedando una aldea que resistía al invasor, en las gradas del campo de Banfield quedaba al menos un hincha de Temperley con la fe intacta, un hombre que, a medida que transcurría el partido, iba interpretando las magníficas paradas de su portero Crivelli como el presagio de una ventura inolvidable. Se trataba del periodista Ricardo Palacio, relator del partido para el programa 'El Show de Temperley'.
En el minuto 90, el árbitro señaló una falta al borde del área a favor de los celestes, que por fin se habían estirado en una contra. El locutor se derritió de emoción ante la inminencia de una oportunidad histórica, algo parecido a lo que debió sentir Moisés cuando vio que comenzaban a abrirse las aguas del mar Rojo. "Tiro libre, te dije que una vamos a tener… arrodillate, persignate, empezá a caminar que acá la clavamos mi viejo. A ver si frotá la lámpara y nos vamos en caravana. Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre. Hágase tu voluntad pibe", se desgañitó, mientras Juan Dinneno colocaba el balón y se aprestaba al lanzamiento. Fue gol. 0-1 y victoria de Temperley. El relato del periodista lo tienen en Youtube. No se lo pierdan.

AUNO - CRÓNICA SOBRE TEMPERLEY 0 / BOCA 2 - 23/2/15

TEMPERLEY

El barrio está contento

Un relato del domingo que jamás olvidarán los hinchas del 'Celeste’, el de la vuelta a casa en el fútbol de Primera luego de 28 años de ausencia. La ajustada derrota con Boca no alcanzó a opacar la alegría de un pueblo que, con trabajo y orgullo, se codea otra vez con los grandes.

Por Manuel Rodríguez


El domingo comienza cerca de las diez de la mañana en el Alfredo Beranger. Poco menos de doce horas más tarde, el mismo escenario lucirá colorido y bullicioso en el regreso de Temperley a su casa en la Primera División del fútbol argentino después de 27 años, pero todavía queda mucho trabajo por hacer y en eso están un puñado importante de personas, que pasaron gran parte de las últimas largas jornadas ayudando con diversas tareas y velando por el día esperado. Algunos son dirigentes, otros allegados y también hay algún socio voluntarioso: todos barren, pintan, pegan vinilos en los bancos de suplentes o cargan las pesadas butacas hasta destino. En medio de las labores, las charlas, como todo, giran alrededor del partido. “Mirá si ganamos”, dice una persona y otra, mientras toma agua de una botella para apaciguar los efectos de la calurosa mañana, contesta que del lunes en adelante “van a hablar todos de nosotros”.

En la sede social, a unos 90 metros del estadio, hay más por hacer. Algunos venden entradas, otros ultiman detalles de sus funciones, y también están quienes diagraman y organizan el “operativo” de colaboradores que a la noche se distribuirán tareas para que todo salga bien. Esa sede social es la misma que hasta el día anterior fue colmada por las largas colas de socios que retiraban su abono para la temporada e hinchas decididos a asociarse en medio de un clima festivo y alegre por la resurrección del ‘Celeste’. Tal fue el empujón del gran momento deportivo e institucional que la barrera de los 9000 socios fue quebrada sin problemas y la meta de los 10 mil activos quedó a un paso.
El tiempo transcurre y el reloj es el único enemigo del ‘Gasolero’, ese mismo adversario al que venció con las obras en su cancha para conseguir la habilitación pertinente. Todo comienza a tomar forma y, aunque adentro hay mucho por realizar, afuera empieza a sentirse el clima de partido. El color celeste que podía verse en los frentes de varias casas comienza a trasladarse a las calles. Vicente López, Profesor Mariño, Dorrego, Moreno, Meeks y 9 de Julio empiezan a tener otro tinte y desde las entrañas club se escuchan los canticos de los hinchas que efectúan una larga previa.

En las instalaciones del estadio cada uno está abocado a alguna tarea. En el vestuario todo queda preparado para la llegada del plantel; en la sala de prensa post partido piensan cómo facilitar la tarea de los medios porque todas las camáras apuntarán al Sur del GBA y tiene que salir perfecto. Algunos se cercioran de no dejar nada librado al azar: el departamento de prensa atiende las necesidades de los medios y se organizan los accesos del público. Para los que están día a día en la tarea de sostener el satisfactorio presente es la hora de hacer todo por el equipo de sus amores y así lo toman, como un acto de amor.

Mientras tanto, las vallas ya limitan las posiciones del público fuera del estadio y ya no se ve tanto color sobre la avenida 9 de julio. Sin embargo, todavía es posible observarlo a pocas cuadras. El ruido, al igual que el entusiasmo aumenta, con el pasar de los minutos, eternos pero extremadamente disfrutados por todos los fanáticos. Familias enteras comienzan a aparecer, muchos con chicos de corta edad que piensan que la historia de Temperley fue feliz, que todavía no saben de quiebras y de remates. Ni de una vuelta al fútbol asombrosa ni tampoco de largos años en la Primera B Metropolitana penando por ingresar a un Reducido. 

Para esos pequeños, Temperley está más acostumbrado a ganar que a perder. Temperley gana ascensos seguido. Temperley juega en Primera y no es algo extraño. Para otros, los que tienen menos de 30 y vieron varias temporadas malogradas, es un momento emocionante, el sueño de muchos va a cumplirse en horas y encima frente a un equipo grande como Boca. Es un día más que esperado, el día donde la pregunta “¿y de qué cuadro de Primera sos?”, sufrida varias veces, queda anulada, el día en el que las historias de algún padre que lo vio en los ’70 o en los ’80 podrán ser confirmadas y renovadas, el día en el que el “¡Temperley, Temperley!” entrecortado y acompañado del movimiento vertical del antebrazo con la palma extendida se verá en todo el país.
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El cielo comienza a anunciar la proximidad del partido y las puertas se abren, aunque las filas obligaran a aguardar un poco más para llegar a la butaca de la platea o el escalón de la popular. Muchos conocidos de la cancha se cruzan y saludan, charlan sobre lo que se avecina y lo celebran. La alta temperatura es agotadora, pero el hincha del ‘Gasolero’ parece no notarlo, embanderado de celeste y con el brillo en los ojos que aparece por momentos, sostiene la euforia.
El Beranger está ocupado en gran parte y todavía falta mucho, pero la salida de los equipos para realizar movimientos precompetitivos ayuda a pasar el rato. La alegría y la emoción se funden en la ansiedad por que empiece de una vez por todas la nueva historia. Con la noche asentada en el cielo, las luces colaboran en embellecer el marco del duelo que se respira muy cerca.
Ya es la hora. Sale Boca bajo los silbidos del público y las miradas se concentran en la manga por donde saldrá el ‘Cele’. Pocos minutos después, alguien agita sus brazos en señal de que el equipo se dispone a entrar al campo y el estadio estalla en en gritos, cantos y varias lágrimas. “Cele, mi buen amigo, esta campaña volveremos a estar contigo”, pronuncian las miles de voces en sus lugares y el equipo responde con un saludo en el centro del campo. Ya está Temperley volvió a Primera, aunque el rigor del torneo diga que eso sucedió una semana antes, a pocas cuadras, en la inolvidable victoria por 1 a 0 sobre Banfield.

El juego comienza y los de Arruabarrena demuestran su jerarquía, aunque los dirigidos por Ricardo Rezza advierten que no lo dejarán fácil, que por algo les dicen “Guerreros”. El partido parece cerrado en las áreas hasta que una escapada de César Meli termina en penal de Federico Crivelli y Juan Manuel Martínez marca la primera diferencia. En las tribunas todo se vive intensamente, se grita “¡uuh!” frente a cada posibilidad de gol y se siente la tensión cuando ataca la visita. En el penal, los insultos siguen a las manos que se posan sobre las cabezas. Más allá de la diferencia el elenco del Sur arremete cuando encuentra espacios y dibuja una esperanza que crece con la expulsión de Agustín Orion.

La segunda mitad expone un local lanzado al ataque y activo contra un Boca que, replegado, no resigna el contragolpe para asestar el golpe de nocaut. El ‘Gasolero’ avanza y busca quebrar a Guillermo Sara, el reemplazante de Orion, que siempre responde bien. Los rivales muestran pequeñas fisuras y Rezza se anima a poner más delanteros para intentar el empate. Pero en el final Jonathan Calleri define una contra como un crack y sella la historia. El juego termina. Pero en las tribunas el grito es de aliento y de reconocimiento. La entrega sigue contagiando y la idea de que, por momentos, el más poderoso estuvo en aprietos por acción del más humilde (real o no, parcial o no) seduce a los hinchas que cantan “Porque los jugadores, me van a demostrar, que salen a ganar” y aplauden a sus hombres.

El domingo termina cerca de las 23:30 en el Alfedro Beranger. Temperley perdió 2 a 0 con Boca en el regreso a su casa en la Primera División del fútbol argentino después de casi 28 años. Pese al resultado, el semblante de los que trabajaron para que todo saliera bien y los que disfrutaron del partido demuestra alegría. El cielo, tan oscuro como al inicio del cotejo es testigo del “¡Temperley, Temperley!” que baja otra vez hacia el campo.
Volvió Temperley, el barrio está contento.

AUNO 23-02-15
MIR-MFV

NOTA ORIGINAL EN LA WEB

lunes, 23 de febrero de 2015

LA UNIÓN - TEMPERLEY 0 / BOCA 2 - 23/2/15

Temperley le dio batalla a boca, que se lo ganó con sufrimiento



En un Beranger colmado, el Xeneize sufrió la expulsión de Orión pero se las rebuscó y derrotó a un Celeste que le jugó de igual a igual y mereció más.
Temperley lo peleó como si hubiera jugado toda la vida en Primera. Boca lo sufrió, pero sacó la chapa de
candidato y a pesar del hombre de men os, encontró el triunfo en el momento justo.
La visita tuvo más la pelota en el inicio, con mayor generación de llegadas contra el arco de Crivelli. Salvo
Boggino en la boca del arco, luego el 1 del Celeste, hasta que Meli ingresó en el área con pelota dominada y fue
derribado por Crivelli cuando se perfilaba para rematar.
Rapallini no dudó y cobró la falta. Martínez cambió el penal por gol y Boca se puso en ventaja. A partir de ese momonento, Temperley se vio obligado a adelantarse y generó las más claras.
Dinenno lo tuvo en un par de situaciones, ayudando por los buenos manejos de pelota de Sambueza y Brandán, pero fue insuficiente para lograr el empate.
En la última jugada de la etapa inicial, Orión le pegó un infantil cabezazo a Dinenno y vio la roja, debiendo ingresar Sara por Martínez.
De esa manera, el 1 condicionó el planteo de Boca para la segunda mitad.
Lo tuvo Vilchez, pero se lo tapó Sara. Temperley lo peloteó a Boca, que desperdició varias contras, hasta que en la última pelota, Calleri no perdonó y cerró el partido picándola por sobre el cuerpo de Crivelli.

OLÉ - DECLARACIONES DEL DT DE TEMPERLEY - 23/2/15

TEMPERLEY

“No te perdonan”

"Ellos tienen jugadores muy importantes", dijo Rezza.
"Ellos tienen jugadores muy importantes", dijo Rezza.
23-02-2015
LEANDRO CONTENTO lcontento@ole.com.ar

Ricardo Rezza se mostró satisfecho con la actuación de sus dirigidos, pero destacó el nivel de Boca. “Estos equipos son así: te equivocás y fuiste”, tiró.

Su palabra, serena, está más que autorizada. Sin reacciones histriónicas, con la razón como bandera, Ricardo Rezza no se anda con vueltas. En esta ocasión, luego de la derrota contra Boca, el entrenador fue claro sobre la actuación de sus muchachos: “Pudimos generar varias situaciones de gol, pero no las convertimos. Estos equipos son así: te equivocás y fuiste”, comentó el técnico con total sinceridad.
Más allá de la derrota, el DT se mostró satisfecho con el rendimiento colectivo de su equipo. Y fue claro con respecto a la planificación del encuentro: “Sabíamos que íbamos a tener dos o tres chances y teníamos que meter alguna. Tienen efectividad y jugadores más que importantes. No te perdonan”.
En lo que respecta al match, Rezza destacó la intención de llevar adelante el fútbol que caracterizó a Temperley en la BN. “En muchos tramos fue muy parejo. Creo que durante la primera etapa supimos manejar la pelota”, tiró el técnico. Y segundos más tarde agregó: “Boca es un rival de jerarquía y, a pesar del resultado final, estoy conforme con lo que dieron todos los jugadores”.
Con este panorama, luego de conseguir dos ascensos seguidos, el Celeste debe mejorar algunos aspectos. ¿O no, Ricardo? “Estamos bien, aunque hay que seguir trabajando”.