miércoles, 26 de diciembre de 2012

CLARÍN ESPECTACULOS - EL VICEPRESIDENTE DE TEMPERLEY, ALBERTO LECCHI, ESTÁ FILMANDO UNA NUEVA PELÍCULA - 5/12/12

"Sola contigo": La historia de una mujer luchadora

Alberto Lecchi rueda esta película sobre una ex alcohólica que quiere recuperar a sus hijos. Trabajan Leo Sbaraglia, Sabrina Garciarena y la española Ariadna Gil.

El director Alberto Lecchi (Perdido por perdido) recibe a la entrada de una locación de Sola contigo, su coproducción hispano-argentina que protagonizan entre otros Leonardo Sbaraglia, Sabrina Garciarena y Ariadna Gil, la actriz catalana de El laberinto del fauno. El resultado de esta filmación, a la que Clarín accedió en forma exclusiva, se verá en marzo o abril de 2013.
Anfitrión amable, Lecchi muestra cada ambiente de esta casita en pleno Vicente López, rodeada por otras casas bajas, árboles y flores. Aquí se respira a pleno la primavera, y el ambiente es propicio, cálido como el “dueño de casa”, que va presentando a los protagonistas delante y detrás de cámara. Primero a Ariadna, a quien dirigiera en Una estrella y dos cafés y Nueces para el amor (por la que ella ganó un Cóndor de Plata); luego a la directora de arte que, explica orgulloso, “trabajó con Almodóvar en Los abrazos rotos y Los amantes pasajeros, que se estrena en marzo”. Técnicos y actores se mueven en la armonía de un set donde, como comenta Sbaraglia, siempre reinó la “buena onda”.
Según la síntesis de prensa Sola contigo es la historia de María Teresa, una catalana de 45 años casada y con dos hijas que, deprimida, empieza a beber. Su marido, argentino, consigue el divorcio y vuelve al país llevándose a las chicas. Tiempo después María vuelve también para estar con ellas, pero una orden judicial lo impide. Todo se complica cuando empieza a recibir amenazas y debe ir a ciertos lugares que fueron “escenario de sus peores pesadillas”.
El set representa el living despojado de la casa de la protagonista. En esta toma los tres actores están juntos: Gil (María) descalza, casi sin maquillaje y vestida con una especie de robe negra que cubre apenas sus piernas desnudas; Garciarena, caracterizada como una ejecutiva, interpreta a su secretaria. Una venda deportiva azul le cubre uno de los tobillos, pero no es por una lesión: ahí lleva sujeta una parte del micrófono. Saluda simpática en medio de las luces y un enjambre de asistentes que le retocan maquillaje y peinado.
Pero falta el hombre de la escena. Ahí se asoma, enfundado en un traje oscuro y zapatos marrones. Su presencia va más allá del físico, exuda profesionalismo; no por nada hace poco compartió cartel con Robert de Niro en Luces rojas, estrenada el mes pasado en Buenos Aires (ver El actor...).
La barbita rala, el pelo corto y rizado, el mohín de los ojos; esos rasgos que tanto vimos en televisión y cine -y recientemente en la obra teatral Cock- evocan la belleza clásica de otro actor que arrancó también muy joven en la pantalla chica gracias a su ‘pinta’. Sí: en persona Leo Sbaraglia tiene un extraordinario parecido -versión italiana- a Paul Newman; “eso me decía mi abuela” se hace cargo, sonriendo.
Durante los ensayos y siempre ‘en personaje’, no pierde ningún detalle del entorno, sin dejar de acomodarse todo el tiempo algo en la nariz. “Me ponen un taponcito de goma para agrandarla, para darme un aspecto más recio, porque hago de un policía que intenta salvar a María”, explica.
En sus palabras, Sola... “trata de una persona que intenta volver atrás, de reparar cuestiones que no pudo manejar antes, en una suerte de cuenta regresiva: alguien le anuncia que la va a matar en cinco días. Es un thriller psicológico, parece una película francesa de los ‘50”. Agrega que el elenco lo completan Gonzalo Valenzuela, que vive un romance con la protagonista, y Antonio Birabent, su jefe en la empresa donde ella trabaja.
Leo piensa y “mastica” mucho cada respuesta; Sabrina, en cambio, habla rapidísimo, casi sin parar. Para ella, que trabajó con Lecchi en el programa Maltratadas, la película muestra a “una mujer a la que le pasó de todo: adicciones, accidentes, muchos golpes en la vida. Trata de reponerse, pero se le hace muy difícil. Alrededor hay gente que la ayuda, pero no se sabe quién es quién; la amenaza es el nervio de toda la película. Mi personaje la conoce mucho y tiene una relación muy amorosa con ella”.
Cuando se le pregunta cómo hace para descomprimir el agotamiento de un rodaje que empezó a las 8 de la mañana (once horas atrás), esta treintañera con carita de niña -que debutó a los 16 años en Verano del ‘98- responde: “En el equipo técnico hay gente que me conoce desde los 14, es todo muy relajado. A Leo no lo conocía pero recién en las tomas no paraba de hacerme reír”.
Garciarena pasó cinco años yendo y viniendo entre España y Buenos Aires, pero no conocía personalmene a Ariadna Gil.
La española vive en Madrid y se había cruzado allí con Sbaraglia. No quiere revelar más la trama (como tampoco nada sobre su noviazgo con el actor Viggo Mortensen, aunque Wikipedia afirme que siguen juntos), pero afirma que es el papel más difícil que le tocó: “Es un libro muy duro, muy brutal. María vive desesperada”. Compara la oscuridad de Sola... con la felicidad de Belle Epoque, aquel filme de Fernando Trueba ganador de un Oscar, donde también participó.
Formada en la Escuela de Arte Dramático de Barcelona, empezó en cine a los 16 años: “Es el medio que conozco más. A los festivales voy cuando tengo que presentar una película, pero no siempre se disfrutan... No tengo el proyecto de mudarme a Hollywood como Bardem o Penélope Cruz”. Poniéndose en el lugar de espectadora, agrega: “Vengo haciendo bastantes dramas, así que cuando voy al cine me gusta ver comedias tontas, como las de Will Ferrel”.
Consultada por el doblaje obligatorio que rige en su país, dice: “Es una desgracia que viene del franquismo, por un tema nacionalista; pero por suerte hay salas en Madrid y Barcelona donde se puede ver cine subtitulado”.
Gil seguirá filmando hasta mediados de mes; los dos argentinos terminaron hoy entre aplausos; ambos se han ido apurados.
Antes de terminar, otra faceta de la catalana se revela: “Yo también me tengo que ir, vamos con Lecchi a la cancha de Temperley (es vicepresidente del club); juegan contra Armenio.”
Ya en la puerta se la escucha arengar revoleando un saquito: “¡Vamos, vamos. Yo soy fanática del Barça, me encanta el fútbol!”.


NOTA ORIGINAL EN LA WEB

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