jueves, 3 de octubre de 2013

CLARÍN - NOTA A TIKI TIKI, VOLANTE DE TEMPERLEY - 3/10/12


Asomó en San Lorenzo, donde arrancó en la Prenovena, debutando en Primera en 2000 y siendo parte de los títulos del Clausura 2001, Mercosur 2001 ("donde más partidos jugué", dice) y Sudamericana 2002. De aquella época le quedó a Leonardo Di Lorenzo el ápodo de Tiki Tiki, reflejo de la precisión de su juego. "Me lo puso mi viejo cuando yo era chiquito. Era una especie de pedido para que encarase y jugase. Cuando llegué a Primera, un periodista se enteró y empezó a repetirlo y ya me quedó para siempre", explica. Una temporada a préstamo al recién ascendido Atlético de Rafaela en 2003-04 y el retorno a San Lorenzo para luego pasar a Argentinos Juniors fueron los siguientes pasos. Hasta que emigró a Canadá para jugar en el Montreal Impact. Allí, en varios sentidos, cambió su vida.

"La idea fue ir por un año, y terminé quedándome seis. Es un fútbol muy distinto al nuestro. Muy vertical, muy físico. Salvando las distancias es como el antiguo fútbol inglés, sin pausa y vertical. Me adapté rápido. Ayudó que Montreal es una ciudad muy cosmopolita y nos encantó tanto a mi señora como a mí. Aunque en Canadá se habla más francés que inglés, en el club nos manejábamos con el inglés. Y con la base que tenía de haber estudiado inglés acá, sumado al uso en el día a día, no tuve problemas para comunicarme. Fue una muy buena experiencia de vida, volví siendo otra persona por lo que significó conocer otra cultura", rememora.

El volante izquierdo de juego talentoso, nacido en Buenos Aires el 20 de mayo de 1981, volvió a hacer las valijas para jugar en Chile: Deportes Concepción y Universidad de Concepción. "Me encantó la ciudad -cuenta-, un lugar hermoso y en los dos clubes me cumplieron todo. Empecé en Segunda y después me di el gusto de jugar en un club de la Primera chilena. Pero tenía ganas de volver a la Argentina, de quedarme aca después de siete años. Disfruté, pero extrañaba".

El retorno al país implicó su contacto inicial con la Primera B: jugó la pasada temporada en Acassuso. Y ahora es uno de los nombres destacados del Temperley que sueña con el ascenso. En el Celeste, Tiki Tiki Di Lorenzo tiene como compañero a Gastón Aguirre, con quien no llegó a jugar en San Lorenzo pero sí compartieron la Selección Argentina Sub 20, donde también coincidió con otro jugador de Temperley, el volante Emiliano Gianunzio (ex Lanús, Excursionistas y Talleres de Córdoba).

"Llegué de última, la misma semana que empezaba el torneo. En seguida comprobé que Temperley es un gran club, con una cancha excelente y con una convocatoria enorme. Nos siguen muchísimos hinchas, es tremendo. Ya en el campeonato pasado me tocó ir de visitante con Acassuso y quedé impresionado por la cantidad de gente que había. En cuanto al plantel, es un grupo muy sano y muy unido. Un grupo humilde, con ganas de ganar y, lo que es importante, con hambre por conseguir cosas importantes. Llegamos muchos jugadores nuevos, varios con amplia experiencia en el ascenso, sobre todo en el Argentino A. Ojalá podamos seguir peleando bien arriba, este es un torneo largo y díficil, con muchos clubes grandes", dice Di Lorenzo.

Subraya sobre la campaña: "El técnico, Anibal Biggeri, nos pide algo no muy habitual en esta categoría y en este fútbol argentino lleno de presiones y donde se arriega muy poco: que siempre intentemos jugar por abajo y asumiendo el protagonismo en todos los partidos. En la mitad de cancha nos da libertad, algo que para mí es importante por mi estilo. También ayuda mucho que el estado de la cancha es excelente y se presta para desarrollar este tipo de juego".

En Canadá, Di Lorenzo adquirió pasión por la lectura. "Estando allá dejé de pensar las 24 horas en el fútbol y empecé a leer mucho. Cada vez le fui agarrando más el gusto a la lectura. Tengo varios autores que me gustan, como Dostoievski, Paul Auster, Nabokov... Le dedico mucho tiempo a leer libros", relata el 10 -aunque usa el 11, su número favorito de camiseta- que ilusiona a Temperley. Lleva 7 presencias y 2 goles hasta el momento.

Los ascensos a Primera A de 1974 y 1982 son los más altos logros futbolísticos del club, que también soportó tiempos de crisis y estuvo al borde de la extinción. Su último ascenso a Primera B Nacional se remonta a la temporada 1998-99, pero duró poco: al año retornó a Primera B. Desde entonces, piensa en el regreso.


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