martes, 7 de octubre de 2014

TODO X TEMPERLEY - TEMPERLEY 0 / HURACÁN 2 (SUSPENDIDO) - 5/10/14

UN CASTIGO INMERECIDO

Temperley pierde por 2 a 0 ante Huracán
 
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En un partido signado por contratiempos adversos (las lluvia y el arbitraje), Temperley pierde por 2 a 0 ante Huracán. Se jugó hasta los 33 minutos del segundo tiempo, cuando debió suspenderse en el entretiempo.

Si afirmamos que el fútbol es impredecible, no descubrimos nada. Antes del partido, podía pensarse que el temporal que se abatió sobre Buenos Aires, con el consiguiente costo que pagó el estupendo campo del Beranger, que aguantó hasta donde pudo el embate del agua, beneficiaría al local y perjudicaría a Huracán, por sus características de juego.

Luego de los quince o veinte minutos iniciales en los que el Globo manejó la pelota por la buena labor de sus mediocampistas (Vismara, Martínez, Gallegos), aunque sin profundidad, el Cele comenzó a ganar la pelota en el medio merced al sacrificio de Salina y la elegancia de Oroná, cada partido más afianzado, y a los chispazos que comenzaban a mostrar Sambueza y Brandán.
Con un campo de juego cada vez más castigado por una lluvia que no amainaba, Temperley mostró la saludable tendencia de jugar la pelota al pie, intentar asociaciones y llegar hasta el área de Díaz con el balón asegurado.  Por momentos lo consiguió y, de haber estado más preciso en los remates de media distancia, hasta habría sacado ventaja en el marcador. Huracán fue un equipo deshilachado, que por momentos mostró la categoría individual de los muy buenos jugadores que tiene, pero que colectivamente fue superado en la mayor parte de la etapa inicial por un Gasolero ambicioso y con una gran personalidad, que debió irse al vestuario con una ventaja parcial.

Desde el comienzo del segundo tiempo se vio que el campo no estaba ya en condiciones de permitir un partido normal.  Sabrá el árbitro Darío Herrera (de muy mal desempeño) por qué no suspendió el encuentro en ese momento y sí a los 33 minutos, luego de una serie de cabildeos inentendibles, que incluyó charlas con los capitanes de ambos equipos.  En ese momento, Huracán ganaba dos a cero, beneficiado por dos jugadas en las que las condiciones del campo desfavorecieron al local. En el primer gol, a Romero (que jugó un estupendo partido, marcando y subiendo por su lateral) se le complica el dominio de pelota en un charco, y de esa pelota perdida parte el centro que define con gran categoría el Piti Martínez.

El Cele se sobrepuso al golpe, fue a buscar el empate y siguió fiel al libreto de jugar, que celebro, aplaudo y deseo que se transforme en una bandera.  Estuvo muy cerca de empatarlo, cuando luego de una gran jugada colectiva, pero a Dinenno se le hundió la pelota en una laguna en el área de Díaz, cuando el delantero estaba a punto de derrotar al arquero.

En la jugada siguiente, un mal retroceso de Temperley, potenciado por la mano que el campo de juego le dio a la contra del Globo, permitió que Ábila decretara el segundo del visitante. Posteriormente vendría la frutilla de postre para la labor de un árbitro carente de personalidad y jerarquía: tuvo un primer amague de suspender el partido cerca de los treinta minutos, tras cinco de discusiones (mientras continuaba lloviendo) decidió seguir, para un par de minutos después suspender definitivamente el encuentro, cuando restan 12 minutos por jugar. Si había un momento para suspender el partido era en el entretiempo, cuando el campo de juego ya se había convertido en una virtual pileta. Cuesta comprender la decisión de seguir, tanto como la de suspender el partido faltando 12 minutos. ¿Cuánto podría haber empeorado el estado del campo de juego en ese lapso más el descuento? Un terreno que, por la enorme cantidad de agua caída se anegó, pero que –demostrando que es uno de los mejores de la divisional- jamás se transformó en un chiquero.

En un partido raro, con un árbitro que despertó suspicacias (dejó pegar demasiado a los jugadores visitantes, cobró casi todas las jugadas divididas para el Globo, se empecinó en no proteger a los habilidosos –Sambueza y Brandán fueron muy golpeados-, y encima coronó su espantosa labor con la bochornosa y vacilante decisión final, la postal que más entusiasma es la de la multitud Celeste, que colmó el Beranger, cantando y alentando como siempre a un equipo que fue castigado duramente por cuestiones ajenas al juego propiamente dicho.

Por Carlos Algeri
Foto: Guillermina Payero Gentileza prensa CAT


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